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Lo que debes saber de #13reasonswhy...

En el hermoso viaje de criar a nuestros hijos quizá una de los pensamientos que más nos agobia son las capacidades y habilidades para la vida que deben adquirir los niños para su futuro para lograr desenvolverse y tomar buenas decisiones, sobre todo cuando vemos noticias de tragedias o después de ver una serie como “13 Reasons Why”, nos surgen más pensamientos y queremos proteger a nuestros hijos del mundo que les espera, sobre todo para los momentos en los cuales no estemos nosotros presentes.


La serie me pareció enriquecedora desde mis ojos como psicóloga, mamá y a la vez me permitió recordar mi adolescencia, así que te recomiendo verla sobre todo para aquellos que trabajan y viven con adolescentes. Más que causar temor e inseguridad al ver un acercamiento de las situaciones que viven los adolescentes y los riesgos a los que están expuestos, debemos permitir llenarnos de herramientas para poder acompañar y guiar a nuestros hijos y alumnos de la mejor manera en este mundo tan cambiante.


Algunos dirán: “en mi tiempo no se veían estas cosas”, sin embargo, la mayoría si vivimos problemas en la adolescencia comunes y algunas veces complicados donde sentíamos que nuestro mundo se acababa y como muchos dirán lleno de "drama", pero ¿cuántos de nosotros podemos recordar la adolescencia como una etapa increíble y ¿cuántos como una época dura? ¿Podrían trasladarse y revivir algún recuerdo de mucho sin sabor? Sus respuestas responden para tomar importancia a esos problemas que viven los jóvenes actualmente, no menospreciar su sentir y comprender que, para ellos, eso que sienten y viven tiene mucho valor.


¿Cuánta educación emocional necesitamos?, debemos desarrollar e impulsar en los niños la capacidad de vivir y sentir diferentes emociones, desde las negativas hasta las positivas (todas son válidas), el camino podría ser distinto si aprendemos a nombrar ese sentimiento y poder hablar de el sin ser juzgados y saber que podemos recurrir a la persona correcta por apoyo o palabras de aliento.


La difícil lucha que enfrento el papel de Hannah abarca muchos aspectos entre ellos el bullying, agresiones sexuales, excesos de alcohol y otras drogas, humillaciones, fotos personales publicadas en redes (cyberbullying) y la negligencia e ignorancia por parte de algunas de las personas a su alrededor que no pudieron leer las señales previas a su suicidio.


Desde una visión de la Disciplina Positiva, que toma como base la psicología Adleriana, se podría decir que Hannah intenta alcanzar la integración con sus pares en un nuevo ambiente (venía de una mudanza), que le permitiera establecer ese sentido de pertenencia a su nuevo lugar.


Los seres humanos somos seres sociales, el instinto natural nos mueve a la búsqueda de pertenencia en donde también es importante sentir que tenemos la capacidad de contribuir, no solo en la familia como base sino también al abrirle espacio a los que cumple un papel importante en los años de la adolescencia: sus amistades.


La trama de la serie busca en algunos momentos confundirnos si será cierto lo que Hannah relata, pero debemos comprender que ella habla desde su lógica privada, y ¿que es la lógica privada? Es la manera personal de interpretar y percibir determinada situación, incluso las personas podemos vivir juntos el mismo contexto y sentir, pensar y decidir distinto. ¿Cuánto hablamos del respeto? y ¿cuánto creemos que lo aplicamos en la vida diaria? El hogar debe regirse por el respeto mutuo, desde los primeros años de vida nuestros hijos deben de sentirlo, nuestra crianza se debe basar en el, utilizarlo no nos va a quitar autoridad ni nos hará padres permisivos, al contrario, estaremos formando niños y jóvenes respetuosos con ellos mismos y con los demás, que comprendan que ninguna persona debe ser maltratada o humillada y que todos merecemos vivir en un ambiente de dignidad y tolerancia. Debemos perder el miedo a ser padres respetuosos e informarnos de cómo podemos manejar la amabilidad y la firmeza.



Debemos cambiar ese paradigma de sentirnos mal ante los errores, y verlos en realidad como oportunidades de aprendizaje que conllevan a un crecimiento personal, además que son una oportunidad para desarrollar el pensamiento crítico y tomar la responsabilidad de lo cometido para enfocarse en una solución.


Los adolescentes cometerán muchos errores, como lo hemos hecho nosotros, pero saldrán adelante con nuevas experiencias, vivirán cosas que no nos contarán, pero aprenderán de ello.


Los jóvenes necesitan de espacio y privacidad para entender sus propios pensamientos y desarrollar sus capacidades, explorar sus gustos, conocer realidades distintas y nuevas, lo cual podría motivar la rebeldía. Ellos deben aprender de sus errores ya que en esta edad sus consecuencias serán más grandes, pero no hay aprendizaje sin experiencia, prueban riesgos ya que su cerebro esta experimentando altos niveles de dopamina dado los cambios que está atravesando para alcanzar otro nivel de madurez.


Los padres de Clyde, sintieron mucha frustración y angustia al notar que su hijo atravesaba un problema, pero ellos decidieron transmitirle su mensaje de amor incondicional y apoyo mostrando su interés por él y por las situaciones a su alrededor sin emitir juicios solo para esperar el momento donde él estuviera listo para recurrir a ellos.


No podemos dejar a los jóvenes solos de la noche a la mañana porque ya cumplieron determinada edad, la adolescencia es un proceso que los lleva a la adultez donde nos necesitan a su lado, pero no tomando las decisiones por ellos ni resolviéndoles sus asuntos.


A los adultos nos puede invadir el temor de ver a ese niño entrar en el camino que lo llevará a su independencia hasta convertirse en un adulto, nos asusta lo desconocido, no permitamos que ese pensamiento tome el control de nosotros, de la situación y esto nos aleje de nuestro hijo, aceptemos sus cambios con amor estemos ahí para vivir junto a él esta nueva y maravillosa etapa que conlleva muchos cambios físicos y emocionales, confiemos en que los valores que hemos fomentado en la niñez volverán a él si es que parece haberlos perdido, no tomemos tan a pecho el espacio que esta pidiendo para crecer y separarse de nosotros, solo ¡no nos vayamos del todo! Quedémonos ahí de espectadores a su lado atentos a cualquier llamado de ayuda, no menospreciemos llamadas de alerta no confundamos el drama con el dolor que puede estar experimentando nuestro hijo, y no nos traicionemos a nosotros mismos pensando que esas situaciones que vemos o escuchamos no nos pueden pasar a nosotros.


Si llegamos a observar que no tenemos herramientas para manejar determinada situación y que se sale de nuestras manos, busquemos ayuda de profesionales, por ejemplo, si sabemos que nuestro hijo sufre de bullying o algún tipo de acoso busquemos soluciones porque posiblemente el no podrá resolverlo solo y eso no lo prepara para la adultez ni le da herramientas para hacerse fuerte y madurar.


Existen además instancias que pueden brindarles atención y protección que cuentan con protocolos disponibles, la Controlaría de Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública por ejemplo cuenta con un departamento para recibir denuncias relacionadas con bullying y cyberbullying, además la Fundación Paniamor y el Proyecto de Ley Nº18230 que busca la protección de los Derechos de la Adolescencia frente a la Violencia y el Delito en el Ámbito de las tecnologías de la Información y la Comunicación y Reforma al Código Penal. También podrías contactar al Centro Costarricense de Atención al Bullying donde les brindarán asesoría legal y acompañamiento psicológico.


Consideremos aspectos importantes a la hora de darle a nuestro hijo la responsabilidad de un celular, computadora, tableta o cualquier material que permita el acceso a la internet, que los lleva un nuevo mundo virtual. Analicemos primero los riesgos, establezcamos acuerdos previos con nuestros hijos sobre su uso y los límites a tomar en cuenta por su seguridad y la de los demás.


Estemos atentos ante cambios de comportamiento en nuestros hijos como pérdida de interés en actividades usuales, rechazo a asistir al colegio, cambios en el rendimiento académico, alteraciones de sueño o comida, la búsqueda por adquirir utensilios extraños y no comunes como sogas o cuerdas, cuchillas o el interés por armas. No dejemos pasar comentarios que esconden dolor, aunque nos haga sentirnos incomodos y nos quedemos sin respuesta en ese momento, no atribuyamos eso al drama adolescente. También quisiera hacer un llamado a las instituciones educativas para brindar dentro de sus programas, una charla sobre prevención de suicidio a su personal para que estos puedan leer y no dejar pasar esas señales previas que dan las personas antes de cometer el acto del suicidio.


Mantengamos una comunicación activa donde se le permita a los jóvenes ser escuchados, hablar sin ser juzgados o recibir sermones, logremos que ellos puedan sentir que validamos sus emociones como al compartir situaciones similares que nosotros los padres vivimos a su edad, además de exponer escenarios donde podamos tomarlos en cuenta en decisiones y participar en búsqueda de soluciones ante problemas familiares y porque no en conflictos que tengamos con ellos. Démosle responsabilidades de acuerdo a sus edades y siempre dejemos claro el mensaje del amor incondicional, que los amaremos sin importar lo que hagan, para nosotros lo más importante son ellos y no los logros o errores que cometan en el camino.


Si eres un adolescente que buscas ayuda no estás solo, hay más opciones donde puedes pedir ayuda, una de ellas es llamar al 1147 es una línea gratuita atendida por psicólogos que te podrán guiar, incluso puedes llamar al 911. Hay profesionales de salud preparados para ayudarte a salir de la situación en la que te encuentras.


A continuación el valioso video del equipo de trabajo de #13 reasonswhy:

“Quién tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo” Nietzsche

Licda. Daniela Soto Z

Psicóloga-Directora

Centro de Desarrollo PerteneSer

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